«Soy cero modelo», dice Jowi Campobassi, 27 años, diez tatuajes y un gato llamado Jimmy que lleva a la producción de fotos dentro de un bolso. Además del gato hiperquinético -que encontrará su némesis en Héctor, el caniche de la estilista-, Jowi trae unas gafas espejadas que le sirven para esconder la fisura de anoche. «Fui a ver a Rage Against the Machine «, cuenta esta ex estudiante problema (la echaron del colegio a los 13 por tirar a una compañera por las escaleras), ex locutora de radio y actual «chica tatuada del noticiero de Telefe» y panelista de la última edición de Gran Hermano ( @GH2011telefe ). Porque para quien no sepa nada de Jowi (el apodo que le dio su hermana y que dejó en desuso el Johanna que figura en su DNI), el dato de los tatuajes es importante. Igual que lo fue para los productores del noticiero, que la llamaron para trabajar una noche en la que ella estaba haciendo cola en un recital de Megadeth. «Ellos debían pensar que si ponés una mina tatuada en cámara, podés atraer a una minoría de gente que se va a acercar porque tenés una mente más abierta, pero no podés basar tu carrera en un tatuaje», opina Jowi con una voz arrabalera y downtempo, mientras la maquilladora le carga los párpados de una tonalidad oscura y la estilista le muestra un culote que no termina de convencerla; no por tímida, sino porque -como afirma- no es modelo, y su energía y sex appeal tienen más que ver con el pogo que con la pasarela.
Fuente: La Nación