Escándalo en la alcaidía: A un año, se espera la elevación a juicio

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El fiscal de instrucción Julio Rivero decidiría la semana que viene la elevación a juicio de la causa por el escándalo de la Alcaidía a un año del hecho que conmocionó a al estructura policial.
Tres efectivos siguen imputados por la causa de  abuso sexual y venta de alcohol y drogas a los detenidos. Se trata del oficial José Auce, principal sospechoso por los aberrantes hechos, el oficial Oscar Gutiérrez y el sub comisario Claudio Olguín.
Sin embargo, Auce, el único acusado de haber sometido a una mujer a practicarle sexo oral, fue beneficiado con la falta de mérito por el ataque sexual.
Tras la denuncia pública a TD Digital de la víctima del abuso, Nancy Carena, se conoció la fiesta ilegal ocurrida en el espacio más seguro de la ciudad y el expediente llegó a manos del fiscal Rivero.
Se confirmó, además, que una de las detenidas había sido derivada de urgencia al Hospital debido al delicado estado provocado por la ingesta de medicamentos mezclados con el alcohol.
Por el escandaloso episodio se produjo una fuerte reestructuración en la jefatura de la Unidad Departamental que derivó en la sustitución de los comisarios mayor Walter Albello y Rafael Filippa.
Además, se realizaron cambios edilicios en las alcaidías fuertemente cuestionadas por los organismos de derechos humanos.

“A 50 pesos”

De la investigación del fiscal se desprende que Auce habría sustraido del consultorio médico de la Policía una cantidad no determinada de psicofármacos (Clonazepan 2mg y Alprazolam) para ser comercializados con detenidos bajo prescripción médica.
“Se les habría entregado a varias personas de sexo masculino arrestados en la celda 13 (entre ellos a un sujeto apodado “lechón delgado” y otro llamado “jorobado”) a cambio de 50 pesos por el alcohol y de 30 pesos por las pastillas”, indicó.
Añadió que “se mezclaban los medicamentos con alcohol, agua y jugo de naranja”.
Auce habría entregado, además, a 3 mujeres 14 pastillas. Una de ellas debió ser hospitalizada por la ingesta excesiva de los psicofármacos. A dos de las mujeres les exigió canjear la droga por besos.

Un antro

El centro de reclusión de la Unidad Departamental aparece como un antro en el que convivían decenas de presos con falta de controles que quedaron expuestos tras la fuga de un detenido y el escándalo del 27 de enero pasado.
La situación que se dirime en los ámbitos tribunalicios suma preocupación en la cúpula de la Jefatura.
El doctor Juan Vila, abogado de Auce, había señalado que “hay un funcionamiento sumamente deficitario en la unidad de detención”.
Vila precisó que es un problema generalizado en la Provincia, aunque resaltó que la situación en Río Cuarto solo profundizó las sospechas.
Con 26 años y un cargo de oficial ayudante, Auce estaba como responsable del control de más de 30 presos, algunos de ellos detenidos por delitos graves y con larga experiencia en las leyes que rigen la Alcaidía.
El policía que lo acompañaba a Auce se había ido a dormir y ningún jefe inspeccionaba su accionar.
Según señaló Auce, en el expediente consta que la enfermería, de donde se habrían sustraído los medicamentos, se podía abrir con una tarjeta cuando no había llave. Es decir, cualquiera podía acceder sin mayores restricciones.
La enfermera policial sabe que faltaron numerosos medicamentos luego de que se advirtiera a los presos caer dormidos sin responder al más mínimo estímulo. Sin embargo, no hay inventarios. Nadie sabe formalmente que entra y sale de ese lugar.
“Se estaban creando las condiciones para que cosas graves sucedan”, admitió Vila  quien resaltó que “Auce es de familia de policías y sabe lo que significa el uniforme”.

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