Bomberos es un infierno sin llamas que se reaviva en la interna por el poder y el uso de los recursos.
Una reestructuración en la que hasta se especuló con cambios en la jefatura a cargo de Javier de Olmos fue el último antecedente que tiene en vilo a la Asociación.
Ignacio Puelles, actual presidente, decidió cambios en algunas áreas que comenzaron a ejecutarse.
Decidió que el encargado de guardia sea ascendido a jefe y compite por el poder con De Olmos. Además, dispuso que Miguel Picco ascienda como segundo jefe en lugar de Rogelio Ferrario y Guillermo Raftin, quienes tendrían mayor antigüedad.
El polémico funcionario, imputado en la Justicia por entorpecer el accionar de la Policía y el Edecom en un control en una quinta de Tres Acequias, no tiene buena relación con algunos miembros de la institución.
Fuentes señalaron a TD Digital que Bruno Prizzón, vicepresidente de Bomberos, buscaría alcanzar el poder, aunque confrontaría con Héctor Connill jefe de Defensa Civil y de estrecha relación con Puelles.
Hay voces críticas que se multiplican entre los integrantes de la agrupación. Consideran que «Puelles politizó a Bomberos y fue el causante de una pelea sin sentido con el municipio».
Resaltan que el presidente decidió destinar fondos para remodelar el primer piso del edificio, destinado a cuestiones administrativos, mientras los agentes demandan por la falta de renovación de elementos y el estado de tres rodados que no están en condiciones.
La interna de Bomberos está en llamas y no hay agua que calme tanta disputa.