Un nuevo deporte extremo está ganando impulso: el surf volcánico. Se practica en el Cerro Negro, un volcán de 730 metros de alto en el oeste nicaragüense. El primero en hacerlo fue, en 2005, un australiano que vivía en Nicaragua.
Según los guías responsables, ya más de 9.000 surfistas se han aventurado por allí, el volcán más joven de Centroamérica y uno de los más activos.
Los surfistas descienden sentados sobre la tabla, fabricada con un asiento de madera reforzada con metal sobre una hoja de fórmica. El descenso de la pendiente, de 550 metros, puede tardar entre 20 segundos y 8 minutos, dependiendo de la velocidad, que puede alcanzar los 80 km. por hora.
Pero el deporte es relativamente seguro, según sus creadores. «El mayor riesgo es sufrir algunos rasguños a causa de la arena volcánica mezclada con grava,» le dijo a la BBC el entrenador Phillip Southan.