Se esperaba caos pero ni en la víspera ni en los vuelos de última hora del Día de Acción de Gracias hubo incidentes especialmente reseñables en los aeropuertos estadounidenses.
Y si de desnudar iba la cosa, una pasajera decidió protestar de un modo muy particular. Para sorpresa del resto de ‘habitantes’ del aeropuerto, decidió subirse al avión en bikini, casi ayudando al sistema de rayos X. Y de esa guisa pasó el escáner.
El miedo, por parte de las autoridades estaba basado en las protestas, más o menos hilarantes, pensadas para este particular día de estreno. De las que adquirieron mayor notoriedad, la propuesta por un colectivo que llamaba a una suerte de rebelión general contra estas máquinas. Para ello, insistía en optar por la alternativa, un cacheo manual que añadiría tiempo al proceso. Un pasajero, vale; dos, aún, pero… ¿se imaginan que es lo que quiere un porcentaje de los millones de pasajeros del día?
Fuente: El Mundo