Veintiséis horas entre la sesión de fotos y la charla, dos lugares de encuentro -su casi flamante departamento de Núñez y el bar del canal ESPN en San Isidro-, más que un par de cambios de vestuario en el medio, maquillaje y peinado a cargo de especialistas en ambos rubros …
A Luciana Paula Aymar no le cambió mucho la vida en los últimos 51 días, desde que el 11 de septiembre, en una cálida noche rosarina, levantó la copa del mundo ganada por Las Leonas después de una actuación memorable del equipo y de ella en particular en todo el torneo. O sí le cambió mucho, en realidad. Porque el hockey sobre césped pasó a un segundo y hasta a un tercer plano ya que las prioridades, ahora, son otras. Y bien diferentes. “Estoy descansando”, cuenta. Y ese reposo del cuerpo -y del alma- se le traduce en una cara fresca y brillante. “Y estoy disfrutando de todo lo que hago. Me fui 10 días de vacaciones a Chapelco, doy charlas, hago clínicas de hockey, voy a un spa donde hago de todo para estar bien relajada, analizo si en el verano trabajaré o seguiré descansando …” -Perdón. ¿Dijiste “trabajaré”? -(se ríe). ¡Sí! Me ofrecieron hacer teatro en la temporada de verano en Mar del Plata. Pero nada de conchero y de plumas, ¿eh? Sería una obra más del tipo comedia.
-¿Y te gusta la idea? -Me entusasma, pero tendré que verlo bien porque también me gustaría tener más libertad para seguir de vacaciones. Y además tengo ofertas para hacer televisión en un programa de entretenimientos. Todavía no definí nada.
Fuente: Clarín