Por G. Geremía.El periodista extranjero que mejor conoció al lider negro sudafricano dialogo con TD Digital. El autor del libro sobre el cual se basó la película Invictus habla sobre las razones por las cuales Mandela es una figura política mundial. Sus defectos. La necesidad de muchos Mandelas en el mundo y la dificultad para que aparezcan. El caso de Sudafrica presentado en el Congreso Nacional de CREA realizado en Córdoba.
«Yo soy 50% escocés, 50% español y 50% argentino», así se define John Carlin, el periodista brítánico que residió en nuestro país en la niñez pero que es hijo de padre escocés y madre española. Desde hace algunos años y sobre todo los dos último recorre el mundo con la carta de presentación de ser el reportero extranjero que mejor conoce a Nelson Mandela. Es el autor del libro «El factor humano» en el cual se basó Clin Estwood para hacer la película Invictus.»Mucha gente que vió la película o leyó mi libro en distintas partes del mundo me dice hay, hay, hay ojalá que nosotros tuvieramos un Mandela. Lamentable un Mandela aparece en la humanidad una vez cada 100 años si tenemos suerte, con la cual que aparezca un clon de Mandela en Argentina o en otros paises que lo necesitan bastante mas que ustedes es poco probable», asegura Carlin en diálogo con TD Digital en el marco del Congreso Nacional de CREA donde junto al embajador de Sudáfrica disertaron sobre el modelo de integración que propuso Mandela para superar los graves inconvenientes que se generaron con el apartheid.Para Carlin el viejo dirigente encarna aspectos de liderazgo inigualables que se basan en el concepto de respeto al otro, una clara visión de sus objetivos -como democracia, justicia y derechos humanos- y un gran pragmatismo. «Mandela apeló a lo mejor de la gente, incluso con sus carceleros, apelaba a su nobleza a su generosidad y a las cosas que lo unian a él como seres humanos, pensabla que las ideologias son circunstancias de la vida, apeló a lo mejor de la gente y tambien a su racionalidad, a su lado mas pragmático»
En su disertación el escritor que hoy reside en España trazó un paralelismo entre el traumático proceso de redacción de la nueva constitución sudafricana y la última dictadura argentina. «Creo que lo importantes de Mandela y el motivo por el cual escribi el libro sobre el y su epoca, en ese momento, ese hombre dejó un ejemplo digno de imitar por todos los siglos y para toda la humanidad. ¿Lo que viene despues?, los seres humanos somos una especie muy poco evolucionada y es perfectamente posible que en los próximos 10 a 20 años, Sudáfrica caiga y se convierta en un estado más corrupto y menos eficaz. Hoy por hoy las instituciones se respetan mucho, el Estado de derecho es fuerte, la libertad de prensa es total y esta es la enorme herencia de Mandela a su país, ahora el futuro quien sabe».
-La condicion humana conlleva defectos, a Mandela se lo presenta casi como un personaje idílico. ¿Qué defectos tenía…?
-Le gustaban demasiado las mujeres, es un defecto eso…dime tú. Gente que parte de un cierto punto de vista moral sobre estas cosas puede llegar a ofenderse por el comportamiento de Mandela, sobre todo en los años cincuenta cuando era la figura de las fiestas y los bailes y le sacó provecho de eso.
No conforme con su propia respuesta, Carlin piensa un poco y agrega.»Le pregunte a su gran amigo de toda la vida, Wiston Susulu, quien lo reclutó para la causa política, que defecto tenía…y me dijo, quizás una tendencia a confiar demasiado de la gente, despues hizo un silencio este viejito…y dijo: pero igual no es un defecto. Lo interesante es que Mandela se sentaba con su enemigos políticos, pero enemigos de verdad, gente que había humillado a su pueblo, que había llevado al exterminio y que lo pusieron preso por 27 años, sentaba con estos tipos y apeló a eso que le unía y gran parte del éxito que tuvo de convencer y ganarse esta gente fue que les dió el regalo de la confianza. Decía yo voy a partir de la base que ustedes se sientan conmigo de buena fe. Le podian haber traicionado y algunas veces ocurrió. Ahora cuando Mandela daba su confianza a la gente y le traicionaban se ponía rabioso, no es un santito, tipo buda siempre sonriente, sino que se enoja mucho. Con los periodistas que hacian preguntas que delataban poco conocimiento o una cierta falta de preparacion, Mandela no tenía paciencia con eso pobre periodista y se enojaba mucho.
Junto Anthony Leon, Embajador de Sudáfrica recordaron una anéctoda sobre el valor humano de Mandela. Leon era acérrimo opositor en el Parlamento como lider de un partido minoritario. En una oportunidad Mandela lo descalificó diciendole Micky Mouse. El hoy diplomático le respondió que la política económica de su gobierno era propia de Guffy, nuestro Tribilín. Al poco tiempo Leon enferma de cierta gravedad y una tarde golpean la puerta de la habitación: «Hola Micky Mouse, soy Huffy», era el premio nobel de la Paz