Se abre el mercado canadiense para la carne bovina argentina, mientras el Gobierno pone trabas a las exportaciones
En el comercio mundial de carne bovina podemos identificar lo que algunos llaman “las grandes ligas”, para referirse a aquellos mercados mas exigentes y de mejor precio, por ejemplo USA, Canadá y Japón. En el último mencionado el acceso es muy difícil y no parece por ahora que Argentina tenga posibilidades, mientras que el caso de Estados Unidos, nuestro país ya estuvo efectuando envíos a inicios de la década, luego se cerró por los brotes de aftosa, pero de haberse efectuado los trámites correspondientes en el año 2006 se hubiera podido acceder nuevamente. Recordemos que desde marzo de ese año se vienen imponiendo todo tipo de trabas a las exportaciones de carne vacuna.
Ahora el Canciller argentino anunció que con prontitud se dará la apertura del otro mercado mencionado –Canadá- a las carnes argentinas, teniendo en cuenta el status sanitario que nos reconocieron. El intercambio comercial argentino – canadiense, que totalizó 720 millones de dólares en 2009, presenta importantes posibilidades de crecimiento y diversificación.
Casi con seguridad al igual que sucedió con la apertura del mercado estadounidense, esto no podrá ser aprovechado, al menos en el corto y mediano plazo y las causas de esto son bien claras. La abrupta baja del stock producto de las políticas de restricción de exportaciones agravadas a su vez por la sequía de los años 2008 y 2009, esta provocando no solo la imposibilidad de entrar a Canadá y USA, sino que incluso no se pueda abastecer a los mercados en donde ya se tenía presencia, incluyendo 9000 toneladas menos de cuota Milton, sobre un total de 28000 que comprende la misma.
En tal sentido las proyecciones oficiales de llegar este año a exportar 400.000 toneladas parece improbable, dado que en el acumulado del primer semestre los embarques de carne vacuna alcanzaron un total de 101.054 toneladas peso producto, una caída de casi 44 por ciento respecto a igual período del 2009.
Se estima que las existencias bovinas cayeron 15% en los últimos dos años y que podría llevar entre 5 y 10 años recuperar el stock, ya que se perdieron 8,6 millones de cabezas.
Como consecuencia hay unas 15 plantas frigoríficas inactivas, sobre más de 50 ligadas a la exportación, y hay más de 3000 obreros afectados. El cimbronazo que experimentó hasta el momento la industria frigorífica fue fuerte; entre enero y julio pasados, el sector faenó 6,98 millones de cabezas, una cifra sensiblemente inferior a los 9,32 millones de igual período de 2009.
Esta es una publicación de Fundación EGE con la colaboración del Lic. Claudio FORLANI, miembro de Fundación EGE, info@fundacionege.org