Cuando el jurado la anunció como la ganadora, casi no pudo hablar y, emocionada, se limitó a declarar que no era capaz de ordenar sus pensamientos. La mexicana Jimena Navarrete, de 22 años, es desde anoche y por un año la nueva Miss Universo.
Junto a ella esperaba el veredicto la jamaiquina Yendi Hillips. Entre las últimas finalistas también estaban las representantes de Australia, Jesinta Campbell; Ucrania, Anna Poslavska, y Filipinas, Venus Raj.
Navarrete, que se alzó como la mujer más hermosa del mundo ante otras 82 competidoras, mereció el reconocimiento que ya había logrado su compatriota Lupita Jones en 1991.
La chica recibió la corona de manos de la venezolana Stefania Fernández, cuya compatriota Marelisa Gibson no pasó esta vez ni siquiera a la ronda de las 15 finalistas, algo muy poco habitual entre las venezolanas, las segundas más ganadoras (con seis Miss Universo) después de las estadounidenses (que tuvieron siete misses).
La ceremonia de anoche en Las Vegas, con los últimos desfiles y la coronación, fue transmitida durante dos horas por la televisión. El espectáculo, organizado por el millonario Donald Trump, fue seguido por varios millones de personas en la TV de todo el mundo. El escenario del concurso fue el Mandalay Bay Resort y Casino en Las Vegas. Anoche no hubo meteduras de pata ni tropiezos durante los desfiles.
La nueva Miss Universo disfrutará, durante un año, de una lujosa vivienda en Nueva York y una considerable paga. Entre sus deberes figura viajar todo lo posible y promover la lucha contra el virus del sida