Graduados de la Facultad de Agronomía y Veterinaria aprobaron un examen para veterinarios extranjeros y trabajan en Suecia, donde están radicados junto a sus familias.
Se trata de César Guevara, egresado en 2005, y Gonzalo Ortiz Centeno, quien había finalizado su carrera en 1999.
La vida en Suecia es distinta. Acaso el nombre del examen que debieron pasar a fin de ejercer la profesión en todo el territorio nacional sirva para dar la pauta; TUVE es la sigla de Tilläggsutbildning för Utländska Veterinärer för Erhållande av svensk legitimation.
En diálogo por correo electrónico, Guevara cuenta que trabaja “en un hospital de pequeños animales en Skara”, adonde regresará tras venir a la Argentina “en septiembre para mi casamiento el 23 de octubre” con la joven veterinaria sueca que lo ha hecho padre de niños de 1 y 3 años.
Respecto del TUVE 2009 señalan que hicieron el curso junto a colegas de “Irak, Siria y Serbia”. Luego rindieron “los exámenes teórico y práctico correspondientes a cada especie (pequeños animales, cerdos, bovinos y equinos)”. “Me siento muy orgulloso ya que creo tener un buen nivel”, considera Guevara y lamenta “que la Universidad no sea muy reconocida fuera de Argentina”. Ortiz coincide: “Nos dimos cuenta del muy buen nivel que nos dio la UNRC en las distintas áreas de la carrera de Veterinaria; es un honor decir que estudiamos en la Universidad Nacional de Río Cuarto”.
Por otro lado, Ortiz siente como una debilidad “que en Argentina no se le dé tanta importancia el aprender otros idiomas cuando se tiene un título universitario, como por ejemplo el inglés, que es un arma base de cualquier persona diplomada en Europa. Lo nuestro fue más difícil aún por que lo tuvimos que hacer comprimido en un año y medio y encima todo en sueco”.
Recuerdos
Tener ciudadanía sueca no los priva a César Guevara y Gonzalo Ortiz Centeno de evocar sus años en la Argentina y en la casa de altos estudios. Guevara destaca como “uno de los mejores profesores en toda la cursada” a “Javier Alcoba, no sólo por su forma de ser sino también por la forma de enseñar y la forma de hacerme pensar como un medico veterinario”.
Ortiz saluda “a todos los profesores de la facultad que se esmeran por sacar buenos profesionales al mercado”. De Córdoba Capital, este hombre de 35 años se crió en Alpa Corral, donde hoy tiene una casa de veraneo, e hizo sus estudios secundarios “en las Escuelas Pías de Río Cuarto”. En Medicina Veterinaria fue “ayudante ad-honorem de la cátedra de Producción Equina y también de la cátedra de Producción Ovina y Caprina”. Agrega que sus intereses “siempre estuvieron en los caballos, así que trabajé dos años en haras (Vacación y La Madrugada) con caballos puros de carrera en la provincia de Buenos Aires. Luego empecé a viajar por Europa con caballos de polo y fue así que conocí a mi mujer, con la que tenemos dos hermosas hijas: María Emilia, de dos años y medio, y María Felicia, de 5 meses”.
Diferencias
Suecia y Argentina son dos países disímiles, de lo que surgen disparidades. César las enumera desde sus ojos de veterinario:
“En Suecia no hay perros callejeros o sin dueños, el 80 por ciento tiene seguro, es libre de enfermedades como rabia, brucelosis, salmonela, etcétera”. Añade que “se diagnostican cerca de 10 casos de moquillo canino por año en todo el país y casi siempre son perros que estuvieron en el extranjero”. Por lo tanto, “los veterinarios no están en contacto con esas enfermedades infecciosas sino más bien con otras como diabetes, adisson, epilepsia o tumores. Por otro lado tienen un acceso a la tecnología y recursos para usarlas casi ilimitadas, por eso es más fácil llegar a un diagnóstico y los dueños muy pocas veces tienen problemas económicos”.
Tales diferencias conllevan a que sea “igual de dificil o complicado que un veterinario argentino trabaje en Suecia como que un veterinario sueco trabaje en Argentina”.
En materia de diferencias en el estilo de vida en general, César registra que “los suecos son muy puntuales y estructurados. Las lecciones empiezan a las 8 de la mañana y no 8:05 u 8:10. A las 8 se empieza y no se puede llegar más tarde porque la puerta se cierra. Están muy pendientes del tiempo: si nieva, cuántos centímetros; si llueve, cuántos milímetros; si hace frío, cuantos grados”.
En Suecia “no existe el asado con los compañeros, la peña, ni tomar mates en clase”. Es como todo, “hay cosas positivas y negativas en cada país, para mí lo mejor es sacar lo más lindo de los dos lados”.