Cobos y el Impuesto al Cheque

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      La Cámara de senadores votó una reforma al impuesto al Cheque haciéndolo coparticipable. Concretamente derogó el artículo 3 de la ley 25.413, que por su vez, había sido reformado por el artículo 6 de la ley 26.180 haciendo que el 70 % del impuesto mencionado esté destinado al tesoro Nacional y no fuera coparticipable. Lo hizo con simple mayoría, y el Gobierno argumenta que debe ser mayoría calificada. Por lo tanto, se ha procedido a descalificar al Vicepresidente, a tratarlo de traidor. Le recomiendan tratamiento psiquiátrico y se insiste en descalificar la investidura de la segunda posición más importante del país votada democráticamente por la población. Tres comentarios sobre esto:

     Primero: Fue la estrategia de Nestor Kirchner quien incorporó a Cobos en la Vicepresidencia. Cuando los peronistas cuestionaban su decisión, respondía con ironía, que así neutralizaba a la oposición. Que la dividía. Fue un típico caso de cooptación. De comportamiento hostil. Fue un caso de llevar en la lista propia a un adversario para neutralizar a las filas radicales y crear una crisis en el partido. Eso, Nestor Kirchner lo logró con creces. Dicho esto, Kirchner se equivocó de cabo a rabo con Cobos. Como se equivoco tratando de grupos de tareas a los chacareros. Como se equivocó tantas otras veces en su atropellado accionar político.  Cobos, en realidad, actúa como lo que es, un opositor sacado de las filas de otro partido con principios diferentes a los del frente para la Victoria. ¿O acaso le dieron la tarjeta de afiliación Peronista a Cobos?. La verdad que esta actuación de Kirchner de creer que solo tenía la mitad de su vaso lleno dividiendo a la oposición le ha costado caro. Nada es gratis en la vida. Cobos le votó la 125 en contra, y ahora saca en senadores esta reforma necesaria que le quita caja al oficialismo por un lado, y le devuelve a las Provincias que están sedientas de recursos, dinero mediante una coparticipación previamente estipulada y no en base a la discreción y el capricho de la Presidencia. Ahora, se ve al oficialismo sangrando por la propia herida infligida. Fue la estrategia fallida de Kirchner y su tontería de creer que el Vicepresidente sería un nuevo Scioli. Que sería un felpudo mudo. El Kirchnerismo cosecha lo que siembra. Alega su propia torpeza. 

     Segundo: El problema de la mayoría simple o absoluta, debe resolverse dentro de la letra de la Constitución. Esta Constitución fue reformada en 1994. La Presidente invoca el inciso 3 del artículo 75 de la Constitución incorporado en esa reforma que permite al Congreso “establecer y modificar asignaciones específicas de recursos copartipables, por tiempo determinado, por ley especial aprobada por mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada cámara.  La cuestión en este caso es si la derogación que les devuelve los recursos a las Provincias está contenida en los verbos “establecer o modificar” del inciso tercero o si por el contrario cuando se suprime la asignación específica esa mayoría absoluta no rige. A estar a los principios Federales que sostienen que las Provincias preexisten a la Nación y se reservan todo el poder no delegadas por ellas al poder central uno pensaría que la derogación no puede automáticamente asimilarse a la imposición de normas que les saca recursos a las Provincias. En todo caso, la respuesta la tienen que dar los constitucionalistas expertos. El Dr A. Natale nos informa que este asunto muy discutido en la Convención Constituyente de Santa Fé en 1994 encuentra  su memoria en los registros del tomo IV de la obra de la Convención Nacional Constituyente editados por el Ministerio de Justicia. Es allí donde debe buscarse el espíritu del legislador, el sentido de la norma y no en la descalificación de las personas por parte de los funcionarios. Si la mayoría simple no corresponde, entonces las Provincias deberán seguir esperando en su letargo financiero. Así debe ser, pero si la mayoría absoluta no es necesaria entonces el proyecto deberá seguir su curso, ser tratado en Diputados, si esta lo aprueba enfrentar el veto presidencial, volver a las camaras etc. Etc.

     Tercero: Es hora de que la oposición actúe con firmeza. El partido radical debe convocar a quienes fueron sus constituyentes. Actuar orgánicamente. Hacer política. Defender su posición. El radicalismo debe asumir su propia historia. Cobos salió del partido. Fue expulsado y vuelto a readmitir en sus filas. No se trata de individuos sino de una actuación que debe ser caracterizada como orgánica por parte del radicalismo. Es preciso que en todas partes los dirigentes convoquen, hagan reuniones, discutan, traigan a los constitucionalistas enviados oportunamente. Eso es lo que interesa. Que la política vuelva a tener la relevancia de otrora. Que sea un semillero de nuevos dirigentes. Es muy posible que esta reforma nunca consiga los dos tercios que requeriría superar el veto presidencial. No interesa. Lo importante es entender que lo que ocurre es el resultado de una situación compleja: el fracaso de la estrategia de cooptación de Kirchner, la reforma Constitucional de 1994 y la necesidad de una actuación política de los partidos que hoy se encuentra reemplazada por agravios mediáticos. Lo peor que puede pasar es esperar que esto se resuelva solo mientras los jóvenes miran con estupor las provincias arrodilladas rogando clemencia al poder central por sus recursos.

 Roberto Tafani
 

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