Como el Martín Fierro

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     El país sigue sin encontrar el camino de un funcionamiento institucional eficiente. Faltan apenas tres meses para que se cumpla un año desde las elecciones que supuestamente iban a cambiar la correlación de fuerzas en el Congreso e iban a convertir la toma de decisiones en algo diferente. En aquel Junio de 2009 se pensaba que los mecanismos de coordinación en el país dejarían de ser personalistas para convertirse en colegiados. Que las decisiones importantes no estarían en manos de un par de personas sino en el seno de Congreso.

Cuando uno mira los números y los resultados todo muestra un panorama desolador. Por ejemplo el Diputado Dr Nestor Kircher elegido hace 9 meses, apenas ha participado en una sesión de la Cámara de Diputados. La presidente del Banco Central la Lic. Marcó del Pont no ha logrado que vuelvan a tratar su confirmación en el cargo.  Ahora sigue la cuestión del impuesto al Cheque que ya hizo enfurecer a la Presidenta cuando afirmó que la Nación gasta mejor los fondos que las Provincias.

     La verdad es que hoy por hoy el impuesto al cheque es muy distorsivo pero no tiene chances de ser eliminado. Las pequeñas empresas tratan de usar efectivo todo el tiempo o de hacer circular con la restricción de endosos todo lo posible a los cheques porque resulta carísimo presentarlo en el banco para su cobro. Es un impuesto que da 24.000 millones al año. En un país donde el gasto público no para de subir la propuesta de su eliminación es inviable. Es la cuarta fuente de recaudación después de ganancias, IVA y retenciones. Para tener una idea de lo que eso significa pensemos que Aerolíneas Argentinas pierde un millón de dólares por día o algo así como 1400 millones de pesos por año. Semejante cifra apenas representa el 6 % de lo que se recauda por el impuesto al cheque. Si se piensa en todo el presupuesto de todas las universidades nacionales, que orilla los 10.300 millones de pesos ese importe es el 43 % del impuesto al cheque. Los ejemplos pueden seguir pero la cuestión es que el país tiene hoy un desequilibrio fiscal que o bien recorta gastos o aumenta impuestos. Magia no hay. Por mas que la Presidente insiste que ella no ajustará, en realidad la emisión monetaria y el fogonazo inflacionario generado está licuando gran parte de la deuda pública mas de la mitad de la cual está en pesos y los salarios. Las entidades públicas compran cada vez menos con su presupuesto y eso claramente implica una reducción de su capacidad de operaciones o sea el Gobierno ajusta mediante mecanismos implícitos que son los peores y más severos de todos.

     En todo caso lo que está en juego en relación al impuesto al cheque es quien distribuye los fondos. Si las cámaras aprueban la ley, la Presidente la vetará. Se deben conseguir luego 2/3 de los votos para insistir. Sería una prueba de altísimo riesgo para el Gobierno llegar a esa instancia. En todo caso el país sigue embarcado en una parálisis del Congreso, mientras el mundo sigue su curso. Los Chinos por caso han venido a comprar parte de Pan American Energy la empresa de Petroleo. Eso significa que lisa y llanamente Argentina pasa  a ser una simple pieza de la estrategia China de asegurarse la energía a largo plazo. Argentina empezará ahora a enviar el crudo para ser acumulado en China. Todo eso en un momento en que los horizontes de autoabastecimiento han quedado en el país reducido a un par de años o con suerte algo más.

     Cuando uno trata de pensar lo que pasa en este país no puede menos que recordar al Martín Fierro, si nos peleamos los de adentro nos comen los de afuera. Claramente eso es lo que está pasando hoy en Argentina donde no logramos encontrar el camino de una moderada cooperación entre nosotros.

Roberto Tafani

 

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