Los profesionales que la atienden en el Sanatorio de la Trinidad, en el barrio porteño de Palermo, brindaron un nuevo parte médico y ratificaron el “pronóstico reservado” a partir de la “falla cardiorrespiratoria” que presenta. La delicada salud de la vocalista nacida el 9 de julio de 1935 en San Miguel de Tucumán motivó su internación hace 12 días en el Sanatorio de la Trinidad donde se le detectó «un problema hepático que le afecta los riñones y los pulmones».
«Mercedes Sosa permanece internada en la Unidad de Cuidados Intensivos de esta institución desde el 18 de septiembre y debido a una disfunción renal ha evolucionado con desmejoramientos progresivos hacia una falla cardiorrespiratoria; está bajo asistencia respiratoria, con pronóstico reservado», expresa el parte médico difundido ayer a las 17.
«La asiste su médico personal y el equipo de profesionales del Sanatorio», agrega el documento.
Julia Zenko y Piero se dieron cita la tarde de ayer en la puerta de la clínica por la que ayer pasó Fito Páez, todos para acompañar este duro trance y conocer de cerca cómo se encuentra La Negra.
El músico y compositor Chango Farías Gómez, productor y responsable del magnífico álbum de Sosa «Corazón libre» (2005), indicó a Télam que Mercedes «está muy mal».
Chango consideró que «si le llega a ocurrir algo va a ser una tristeza terrible, porque creo que es una mujer joven y la necesitamos. Es una persona muy importante y espero que se recupere pronto».
La cantautora correntina Teresa Parodi, atendió a Télam desde el interior del sanatorio y confirmó que «su estado es de gravedad, muy complicado» debido a problemas hepáticos, cardíacos, renales y pulmonares.
«Estamos con una angustia muy grande -aseguró- por esta gran luchadora, un ser humano irrepetible, muy especial que nos ha dado mucho a todos y que todo el tiempo está pendiente de cada uno de nosotros».
La cantante Liliana Herrero describió a esta agencia que «estoy triste. Extraño su canto, extraño su fuerza, su espíritu de lucha y quisiera, como todos, poder verla y abrazarla».
Claudio Sosa, sobrino y cantante, comentó a esta agencia que la familia de Mercedes «está muy a la expectativa y muy triste, pero con mucha fe. La misma fe que ella siempre nos transmitió, de mirar siempre para adelante».
En charla con Télam, la vocalista Suna Rocha tampoco ocultó su tristeza y definió a Sosa como «la mejor cantante de la argentina de todos los tiempos».
Mercedes se formó estéticamente dentro del Movimiento del Nuevo Cancionero, una corriente renovadora del folclore, surgida en la provincia de Mendoza y que compartió con Armando Tejada Gómez, su esposo Manuel Oscar Matus y Tito Francia.
Desde entonces, con el debut discográfico con «Canciones con fundamento» (1965) y con la magia de su canto, consiguió hacer conocer y trascender un repertorio nuevo y socialmente comprometido.
Esa ligazón con lo social le valió transformarse en una voz brillante capaz de traducir los pesares del pueblo con testimonios como «Canción con todos», «Cuando tenga la tierra», «La Navidad de Juanito Laguna» y los discos «Homenaje a Violeta Parra» y «Hasta la victoria».
Esa posición resultó inaceptable para aquellos que apostaban al silencio y al terror y hacia 1979, tras publicar «Serenata para la tierra de uno» y ser detenida en la ciudad de La Plata junto con todo el público que había ido a escucharla, viajó a París y en 1980 se afincó en Madrid.
Recién pudo regresar a los escenarios argentinos el 18 de febrero de 1982 y en el porteño teatro Opera realizó una docena de impactantes recitales que compartió con León Gieco, Charly García, Antonio Tarragó Ros, Rodolfo Mederos y Ariel Ramírez y que quedaron plasmados en el álbum «Mercedes Sosa en Argentina».
Ya con el regreso de la institucionalidad democrática y lejos de quedarse quieta, Mercedes se puso como desafío seguir abriendo puertas con la decisión de sumar nuevos autores latinoamericanos a su repertorio y así impulsó a los entonces no tan conocidos trovadores cubanos Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.
Tampoco dejó de parar la oreja a las nuevas expresiones del folclore y, por ello, registró obras de incipientes creadores como Víctor Heredia, Teresa Parodi, Antonio Tarragó Ros, Raúl Carnota y Peteco Carabajal, entre otros.
Con el mismo espíritu abierto y audaz, no tuvo reparos en acercarse a artistas del rock local (como los ya citados Gieco y García, pero también a Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Pedro Aznar, Gustavo Santaolalla, Alejandro Lerner y David Lebón) a los que también integró a espectáculos y placas que ganaron reconocimiento en gran parte del planeta.
Ese trabajo constante y consecuente le valió ser considerada una suerte de embajadora de la canción argentina que no cejó en esa tarea ni en estos últimos años cuando su salud empezó a mostrar cierto agotamiento.
Duende Garnica, Demi Carabajal, Coqui Sosa y Alberto Rojo son algunos de los nuevos creadores que, como tantos otros cantantes y músicos, pueden dar cuenta de esa práctica integradora y multiplicadora encarnada por Mercedes.