Existe una significativa cantidad de literatura y asimismo de experiencias que se consagran a promover la igualdad de ocasiones por vía de la educación, todas ellas con una larga costumbre histórica. En este contexto, una cuestión es, ¿Por qué entonces, hoy es necesario volver a hacer un estudio de este problema? ¿Por qué el argumento de la igualdad de oportunidades, si estamos hablando de políticas públicas y éstas en su relación con la educación inicial?
Esto porque una de las propensiones de la nueva economía es el aumento de las desigualdades y además esa tendencia se acompaña por las tendencias de segmentación espacial y la desintegración cultural de la población. Y de lo que ahora se trata, es de la posibilidad de montar un orden social razonado en la justicia y en la afirmación de la igualdad esencial de las personas. Para que esto funcione es necesario añadir un componente en la dimensión ética, que admita evidenciar por qué y para qué es anhelado construir una sociedad donde todos tengan las mismas oportunidades, axioma que no vemos que estén trabajando el gobierno ni que se muestre en la oposición hasta ahora sosegada y temerosa de plantarse ante el despotismo de las gestiones epopéyicos. Sigue oculta la educación o la encubren como esconden los índices de pobreza. Los ingredientes entonces son, conocimientos, posiciones políticas y sistemas básicos de valores de los ciudadanos y de los grupos sociales que creo hoy deben ser refundados.
Los datos hoy día muestran que existen riesgos altos de que se siga incrementando las tendencias de reproducción de la pobreza y de las desigualdades sociales. Para evitar esto es necesario intervenir en el momento donde se produce la formación básica del capital cognitivo de las personas, esto es intervenir en las familias en la primera infancia. De no hacerlo así y seguir en la solución ancestral, las evidencias indican el bajo poder compensador que tiene la educación formal, si ésta interviene una vez que las desigualdades ya han sido creadas. El tema más bien hoy es “cuánta equidad social se requiere para que haya ecuación exitosa y no se continúe con el ciclo padres pobres – hijos pobres”. En este contexto, el tema está vinculado a las condiciones con las cuales los alumnos ingresan a la escuela. Estas condiciones se pueden clasificar en, un desarrollo cognitivo básico que se produce en los primeros años de vida, que muestra la relación con una sana estimulación afectiva, una buena alimentación y condiciones sanitarias de un nivel aceptable y, una socialización primaria adecuada por medio de la cual los niños pueden sin problemas incorporarse a una escuela. Ay padres míos!!!
La educación de los niños y niñas de 0 a 3 años ha sido la última en ser incluida en los sistemas educacionales de las naciones. Una excepción la constituyen por ejemplo los países nórdicos, pero, para ser realistas sólo se puede decir que esta inclusión se lleva a cabo de forma creciente, aún falta por obtener que en vastas zonas del planeta la educación para niños y niñas en sus primeros tres años de vida sea efectuada durante décadas países con una educación de calidad insisten en que la educación co0mienza y debe sistematizarse desde el preescolar. Antes se pensaba que era un derecho de la familia, pero hoy mas que nunca en poblaciones en que la pobreza cubre interminables territorios de nuestro país, es donde las políticas públicas educacionales deben apostar cambiando el paradigma: “gasto por inversión”.
El tema de los costos no estuvo ajeno, las prioridades fueron puestas en la educación primaria o básica, se consideraba que gastar en los niños de 0 a 3 años constituía un detrimento para los tramos más fundamentales para la formación. Por cierto se hablaba siempre de un gasto y nunca se dio una mirada desde la perspectiva de la inversión país, que significa intervenir antes de que las cosas queden con siempre. Pareciera que para invertir en deportes populares (fútbol) la ecuación no es válida.
Hoy las circunstancias ha mejorado y en una cantidad importante de países, la educación de los niños ocupa lugares prioritarios en su política pública y su legislación, colaborando a forjar un escenario de igualdad de oportunidades que permita un mejor vivir, no obstante aún falta mucho por hacer.
A la sazón, si la evidencia muestra qué es lo que se debe hacer para producir mayor bienestar en la población, y de esta manera empezar a salir de situaciones de indigencia, calle, drogas y pobreza estructural, ya está demostrado que este quehacer se inicia desde el nacimiento de cada niño o niña, tendría que ser natural de las políticas públicas, que necesariamente deben promover una educación inicial de calidad, eso sin duda irá en línea con el desarrollo del país de que se trate. Sintetizo con una frase:“El objetivo de una rama es la fruta madura y no sólo otro árbol aislado” (Mutlagtar) ¿Entendido,no??
LIC ELENA FARAH