¿Los niños otra vez en la calle? Si bien este interrogante parecerìa una contradicción en los tiempos actuales, para algunos pensadores puede llegar a ser la soluciòn para una toma de decisiones por parte de los adultos, ante un escenario confuso y a veces peligroso que habitan nuestros niños. Entre esos pedagogos se encuentra el italiano Tonucci, que, con sus postulados, nos abre infinitos interrogantes para debatir en profundidad. Sabemos de la necesidad de un cambio para mejorar la calidad emocional y de convivencia de toda la niñez y adolescencia y es, según Tonucci, llevando otra vez los niños a la calle, lugar que en un momento de nuestra historia educativa y social, sirviò para fomentar y desarrollar habilidades, competencias, saberes y construcciòn de nuevas identidades.
¿Cómo estan y que sienten nuestros alumnos?
El especialista sostuvo que es fundamental un cambio de modelo: “Es necesario que la escuela reconozca las competencias de los niños, ya que las desarrollan desde el momento mismo en que nacen”. Por eso, remarcó, “la educación debe, fomentar esos conocimientos, incentivar la curiosidad e inquietudes para ayudar al niño a crecer sin perder su esencia que lo hace tan particular y que es su habilidad para jugar y no cansarse, plantea e incluye en este nuevo modelo, un nuevo papel de los adultos.
Analicemos la siguiente afirmación según Tonucci: “Las calles son inseguras porque no hay niños”, porque “si hay niños en la calle hay más cuidado, atención y participación de los adultos. La gente malintencionada aprovecha el descuido, las calles vacías, abandonadas. La conclusión paradójica es que no dejamos a los niños estar en la calle porque pensamos que es insegura, pero creo que las calles son inseguras porque no hay niños”. expresó el pedagogo italiano, creador e impulsor del proyecto La Ciudad de los Niños. ¿Que nos propone? Que: “los niños deberían volver a disfrutar del espacio público; asegurando que el amor es propulsor de las nuevas autonomías, y que no deben ser consideradas como un gesto de abandono”. Comprendamos y reflexionemos esto dentro del marco de esta nueva propuesta, la cual puede ser aceptada o no. Expone tambièn la importancia de la disposición del espacio público, afirmando que “los niños reivindican la intimidad, tanto vale para esconderse como para besarse”, y ademàs nos habla de que: “ahora estos espacios son abiertos, y rigurosamente horizontales para poder controlar. Ejemplo: “Yo niño, si estoy solo, voy a la plaza, porque ahí puedo inventarme algo, puedo imaginar. Ahí puedo ver un abuelo leyendo el periódico, una pareja joven haciendo lo que quiere”. Hoy que sabemos todo sobre los niños, los hemos prácticamente rechazado de la ciudad, los espacios están pensados para los adultos. El niño vive recluido en la biblioteca, la escuela, el play room, lo que hemos inventado para sacarlos de la calle, para preservar, aparentemente su integridad.
¿A quien le corresponde dentro de este marco un rol de valoración e importancia? Parecerìa que, a travès de este planteo, se ubica al adulto en un rol de mayor valoración e importancia, ya que deben acompañar y guiar los espacios de construcciòn esta vez fuera de los àmbitos cerrados. Podemos o no estar de acuerdo con lo aquì describimos pero sì debemos valorar que alguien propone y se ocupa de dar ideas para fortalecer un crecimiento mas en contacto con la realidad y menos intoxicado. No olvidemos que todo esto debe ser logrado con niño y adultos juntos transitando estas nuevas experiencias. Tiene importancia aquì el escuchar a los chicos, ya que “son personas ricas con seis años de cultura educativa”.
LIC.ELENA FARAH