Pac-Man económico

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Como es bien sabido, Pac-Man es el más famoso y Nº 1 de los video-juegos. Creado en Japón en 1980 y con amplia difusión en todo el mundo, consiste en que Pac-Man debe comerse puntos desplazándose dentro de un laberinto y luchando contra 4 fantasmas. Haciendo una comparación, en economía el equivalente al Pac-Man es la inflación, que a su paso se come todo.

En efecto, la inflación argentina, que el año pasado estuvo en alrededor del 20% anual y este año está en alrededor del 30% anual, suman un acumulado de más del 50% en dos años y por ello se está comiendo todo: se devora la capacidad adquisitiva del mercado interno pues erosiona al salario real; se come al tipo de cambio, pues el dólar en moneda constante pierde valor todos los días, ocasionando una revaluación no deseada de la moneda local y consecuentemente, también se come la competitividad de las empresas exportadoras tanto industriales como agropecuarias.

Otro que está siendo devorado es la ventaja del turismo internacional hacia Argentina, que al encarecerse todo en dólares, ya no es tan atractivo para los extranjeros venir a Buenos Aires, Salta, Calafate y Bariloche como lo era hasta el año pasado.

Asimismo la inflación se está comiendo a las jubilaciones y pensiones que nuevamente han quedado retrasadas; se come los saldos acumulados en las cuentas individuales del sistema privado de jubilación de las AFJP, se come a la recaudación tributaria en moneda constante, también se come a la tasa de interés tanto activa como pasiva y a los activos financieros que no alcanzan a ajustarse a esos porcentajes anuales: saldos en efectivo, depósitos bancarios en cuentas corrientes, cajas de ahorro y plazos fijos, y también bonos en pesos ajustados por el CER, índice dibujado por Moreno inferior a la inflación verdadera.

Y en el plano político, la inflación se devora además la adhesión popular y los votos del partido gobernante. Si hoy hubiera elecciones en el país, y si nos guiamos por los índices de confianza hacia el gobierno nacional, Cristina Kirchner difícilmente alcanzaría al  30%, del poco más del 45% que obtuvo en octubre del año pasado. La inflación también ha comenzado a devorarse la simpatía oficialista de ciertos gremios, desde que se partió la CGT nacional en dos durante el mes de junio, puesto que sus dirigentes ven que los reajustes de salarios que lograron en la Casa Rosada en los últimos 9 meses se han evaporado.

La inflación – además del conflicto con el campo – se ha devorado la sumisión incondicional que había en el Congreso Nacional. La inflación ha transformado en déficits, los superávit que ostentaban las provincias y los municipios, que ahora llegan a fin de mes gracias a postergar pagos a proveedores.

Mientras tanto, el gobierno nacional minimiza alegremente el problema y sigue convencido de que para combatir a la inflación es suficiente que Moreno distorsione los índices del INDEC y además negar todos los días que exista inflación con discursos desde el atril de la Casa Rosada. Si el gobierno no detiene pronto al Pac-Man económico, con seguridad se lo comerá también al gobierno. Ya ocurrió varias veces en nuestra historia. Sólo falta recordar la lección. ¿la habrán aprendido?, ¿la recordarán?. 

Ramon Frediani
Economista Universidad Nacional de Córdoba

 

 

 

 

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