La olvidada República Federal

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En el Campo y las rutas sigue el conflicto. El gobierno saca dinero a todos y ahora promete devolver algo por algunas razones a ciertos productores luego de que estos hagan los trámites respectivos. La burocratización implica que por mucho tiempo muchos no cobrarán. Los productores no creen.  En la práctica, el país ha ido perdiendo la división de poderes. Con el dinero de las retenciones no coparticipables se ha controlado la política.

Los Gobernadores no hablan. Necesitan el dinero central para cubrir sus déficits. No hay ni Congreso que discuta, ni Gobernadores con poder local. Lejos quedó aquello de que las Provincias delegan el poder no reservado para sí. Aquí es el mundo al revés. La República se ha transformado en un poder omnímodo unipersonal, y el Federalismo en una delegación de cajas chicas.
 En el fondo el problema es que el Gobierno hace lo que prometió. Pretende distribuir y para eso confisca. Aplasta con impuestos. No sólo al campo. Los asalariados ven que sus saldos en efectivos desaparecen en la inflación cotidiana. El mes que viene todo será peor. Se han perdido ventas, impuestos, la oferta se retrae, y los precios suben como debe ocurrir cuando muchos quieren comprar y las góndolas están vacías. Es el Gobierno elegido. Uno que no cree en los mercados y si en la intervención del Estado a toda costa. Un Gobierno que no reconoce que los impuestos deben ser legislados. Simples. Estables. Previsibles. En un país donde la Constitución reserva la discrecionalidad de los impuestos al Congreso y lo prohíbe al ejecutivo.
 Sin embargo, como dice el economista C. Rodríguez, el atajo del Gobierno es legal. El Congreso delegó los impuestos al comercio exterior al Poder ejecutivo y no hay convenios internacionales que regulen la arbitrariedad discrecional a los impuestos a las exportaciones como si ocurren con los bienes que ingresan al país.  Sin quererlo el propio Congreso ató las manos a la división de poderes al instalarse la mercantilización de la política.
 Ahora no se ve un Congreso con intereses contrapuestos coordinando los conflictos de una sociedad compleja. Ahora hay una figura presidencial que nos llena de discursos floridos con un tono menos agresivo luego de que la clase media pusiera con sus cacerolas el llamado de atención sobre un liderazgo autoritario. Ahora los Gobernadores no ejercen poder sobre sus jurisdicciones. Apenas hacen gestos simbólicos vaciados de efectividad.
 Mientras tanto el país pierde. El riesgo país no para de subir desde poco después que asumió la Presidente. Aproximadamente el 50 % de los depósitos en pesos y en dólares está a menos de tres meses de plazos y el 80 % a menos de seis meses. No hay posibilidad con eso de fondear proyectos de inversión. La variación mensual de los depósitos en dólares no para de caer desde Agosto del 2007. En el último año el dólar cayó en todos lados mientras sube en Argentina mediante la fábrica de inflación o sea de impuestos a los pobres.  La inversión extranjera no existe. Claramente mientras nosotros nos desangramos el mundo asiste anonadado a este circo Romano. Una lástima. Pero es lo que votamos y lo que supimos conseguir…

Roberto Tafani

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