La incursión militar del ejercito colombiano en territorio ecuatoriano, que tuvo por resultado la muerte del segundo en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Luis Devia, más conocido con el nombre de combate “Raúl Reyes”, desato una crisis regional inesperada, entre Ecuador, Colombia y Venezuela.-
Esta situación de tensión es posible comprenderla, si previamente analizamos el complejo escenario interno del estado Colombiano, que desde hace aproximadamente cuarenta años, lleva un triste saldo de más de 60.000 mil muertos, 4.000 desaparecidos, más de tres millones de desplazados que desde del interior del país, ya hastiados de los asesinatos, secuestros, chantajes y persecuciones, optaron por emigrar de las zonas rurales a los principales centros urbanos, como así también a los países vecinos Ecuador y Venezuela que los vienen recibiendo en calidad de refugiado tal como surge de las estadísticas brindadas por ACNUR (Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados); en este contexto, distintas organizaciones internacionales defensoras de los Derechos Humanos, han denunciado también, el reclutamiento de alrededor de 11.000 niños de entre 8 y 16 años para el combate armado entre las diferentes fuerzas en conflicto.-
Actualmente, existen cuatro ejércitos armados combatiendo, 1) el Ejercito Colombiano, 2) el ejercito para-militar conocido como Autodefensa Unidas Colombiana AUC; 3) el Ejercito de Liberación Nacional E.L.N. y 4) Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia F.A.R.C.; (estas dos últimas de ideología “marxista” se encuentran auto desacreditadas y sin respaldo político e ideológico luego de lo que significo la caída del muro del Berlín, sin embargo han logrado subsistir reasociadas al financiamiento de origen ilícito que le pagan los grandes carteles de la droga, mediante el impuesto revolucionario.- Como si esto fuera poco, se le debe sumar la delincuencia común, los ejércitos marginales de los señores de la droga y la presencia promiscua del Ejercito Norteamericano como consecuencia de los acuerdos alcanzados entre la administración del ex-presidente colombiano Andrés Pastrana y la administración del ex-presidente B. Clinton en lo que se denominado el “Plan Colombia”, que si bien por un lado pretende reconstruir el tejido social y económico combatiendo el narcotráfico, por el otro lado, es la excusa que EEUU necesita para implentar su geoestrategia de dominación en el sub-continente americano.-
En éste complicado y violento escenario el secuestro extorsivo con fines políticos y económicos, se ha convertido en una practica corriente, la denominada “Pesca Milagrosa” que no es otra cosa que súbitas operaciones militares sobre las carreteras del interior del país para capturar a quien transita por el lugar.- La mera apariencia de ser económicamente humilde puede ser, la salvaguarda para no pasar por la penosa experiencia de un secuestros de años en la selva; por el contrario conducir un automóvil de lujoso o ir como pasajero en un ómnibus siendo turista (especialmente europeo) es un pasaporte cierto al horror.-
Ingrid Bentancourt, ex-candidata a presidente de Colombia, fue captura hace seis años; y pese a la decidida intervención mediadora con fines humanitarios del presidente venezolano Hugo Chávez, para lograr su liberación y la del resto de los rehenes en manos de éstos grupos; su recuperación ha sido sistemáticamente frustrada por la conducta sinuosa y ambigua del hoy presidente colombiano Álvaro Uribe, que por un lado afirma colaborar para el logro de ese objetivo, mientras que por el otro, acusa a Chávez de financiar económicamente a las FARC y al presidente ecuatoriano Rafael Correas de brindarles protección.-
La operación militar colombiana que término con la vida de Raúl Reyes, es claramente violatoria del derecho internacional, al haber violado la soberanía territorial de Ecuador, razón por la cual los mecanismos regionales para solucionar pacíficamente esta controversia internacional (Consejo Permanente de la OEA) se han puesto pronta y eficazmente en funcionamiento, a los fines de facilitar el diálogo interestatal para a ahuyentar así los fantasmas de la Guerra en la Región.-
Prof. Pablo Ezequiel Salinas
Integrante de la
Cátedra de Derecho Internacional Público – UNRC