Siempre se buscan las soluciones después que han sucedido los hechos. La prevención que se hace no sirve y se habla de contención y otros términos que suenan bien.
Para conocer el calor, los chicos tocan las cosas calientes y se queman, a pesar de las advertencias. Para saber algo hay que experimentarlo, sino, se desconoce.
Se gastan millones en prevenir el delito y se invierte mucho mas en estudios y evaluaciones, que no dan resultado.
En la escuela, nos repiten mil veces que dos por dos son cuatro. Y debemos dibujar las letras hasta que nos salgan lindas. Pero no enseñan las consecuencias si se comete algo incorrecto. La religión, hace muchos años decía que de portarse mal, sucedería tal cosa. Como nadie lo vio, las nuevas generaciones dicen: «Ya veremos qué sucede después».
Para que los niños conozcan a los animales salvajes, a estos los domesticamos o los encerramos en jaulas. Cuando las personas delinquen por pequeñeces, se las enjaula. A las otras no, ya que son defendidas por abogados astutos.
Si queremos reducir el delito de los menores, mostrémosles la realidad. Llevémoslos en visitas guiadas a los escolares a las cárceles y mostrémosle que esas serían las consecuencias por delinquir. Lo que se fija de chico, no se olvida y en un futuro pensarán dos veces antes de hacerlo. Eso es hacer prevención en vivo y en directo.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Río Cuarto