Mirtha Cappellari suele decir que, básicamente, lo que se propone en establecer “un diálogo con la materia” y esa relación casi simbiótica se percibe claramente en la naturalidad con la que ha logrado establecer su relación con diversos tipos de materiales…
Mirtha Cappellari nació el 15 de diciembre de 1948, en la ciudad de Río Cuarto, Córdoba, Argentina.
Y estudió cerámica, egresando de la Escuela de Bellas Artes “Líbero Pierini”, de la misma ciudad.
Desde ese momento realizó en paralelo actividades como docente realizando talleres particulares y municipales en la formación de ceramistas, a la vez que realizó permanentemente cursos de actualización.
Se especializó en murales, profundización cerámica, escultura cerámica, técnica raku, vidrio, esmaltes, escultura post-moderna, tomando clases con especialistas.
En ese sentido hay que destacar que fue alumna de Yoshitaka Yoshimo, Vilma Villaverde, Alejandrina Capadoro, Elio Ortiz, Maria Ines Rotella, entre otros.
Desde 1987 participa en exposiciones colectivas provinciales y nacionales (Jornadas Internacionales de Cerámica en el MARK, Museo de Arquitectos de Buenos Aires, etc.).
Su trabajo trascendió al plano internacional: expuso en el Museo de Arte de Maldonado, Uruguay; Museo de Tarragona, Museo Tortosa y Museo Reus (Cataluña) España; en la 4º Trienal Mundial de Cerámica (Zagreb- Croacia) y la 4º Bienal Internacional de Cerámica (El Cairo-Egipto).
Asisitió a la muestra y exposición internacional de Cerámica Argentina Contemporánea Ámsterdam – Holanda y fue seleccionada para numerosos Salones de Artes Visuales de la Republica Argentina.
Actualmente está trabajando en la serie de mascaras escultóricas (con incorporación de materiales a la cerámica, técnica raku) y en las próximas semanas (octubre de 2007) viajará a China, seleccionada para participar de un Salón Internacional de Cerámica.
Entre sus distinciones recientes figuran 1º Premio Escultura Cerámica en el I Salón Provincial de Arte Cerámico, Córdoba, Argentina (Obra “Silentes Encantadas”) y 1º Premio, Escultura Profesional, Municipalidad de Río Cuarto y Centro Empresario Comercial, Industrial y de Servicios de Río Cuarto. (Obra “Entre el Cielo y la Tierra).
Su obra
Mirtha Cappellari suele decir que, básicamente, lo que se propone en establecer “un diálogo con la materia” y esa relación casi simbiótica se percibe claramente en la naturalidad con la que ha logrado establecer su relación con diversos tipos de materiales.
“A veces no se que formas busco… es al revés, siento como si las formas me buscaran. Cuando trabajo una pieza, la arcilla que preparo y trabajo va dictándome el movimiento a seguir”, señala describiendo en algún sentido la gran espontaneidad que se nota en sus obras.
Una espontaneidad que elimina el boceto pero no debe confundirse con automatismo porque es evidente que en la obra de Capellari hay una tarea de elaboración intensa, que acaso no se vea tanto en el acabado de las obras como en su capacidad para abarcar una temática muy pautada, inclusive en lo que hace a su resolución formal. .
No extrañan sus palabras: “soy una persona que expresa por las manos y lo que de ellas resulta. Cuando trato de explicar el proceso de mi trabajo, tal vez este hablando de lo que otros llaman inspiración. Siento que mi obra es una renovada búsqueda de expresiones de mis experiencias como mujer, pues mi condición femenina esta presente en todos mis trabajos
El ritual de la arcilla se resuelve entonces a través de una simbiosis entre la técnica que maneja con una notable soltura- y conceptualización muy personal, que se pone en evidencia a través de la repetición de señales que particularizan sus obras y que la identifican.
Su obra se puede caracterizar como muy abierta, tanto en lo temático como en lo técnico, acaso destellos de su múltiple formación y de su dominio de muchas formas expresivas, pero hay una serie de constantes que aparecen en la sucesión de los trabajos, más de allá de su búsqueda evolutiva.
Uno de ellos es la necesidad de expresar la tensión entre el mundo mágico y la realidad. Otro, la constante referencia al mundo femenino, directamente o a través de formas que lo aluden. Otra, una fascinación por el territorio de la leyenda. Una más, una búsqueda, casi totémica, de las estructuras esenciales.
Las series que se exponen en esta página –“Guardianes”, Serpientes”, “Máscaras silentes”- y que son solo una parte de su gran producción, expresan muchas de esas constantes, y demuestran claramente su notable imaginería visual en un territorio que explora la salida del plano pero no desconoce la importancia de la figura.
Dedicada ahora a avanzar hacia otros territorios, allí están sus trabajo en vidrio asumidos en los últimos meses y que consigue llevar más allá de lo meramente decorativo, es indudable que se trata de una artista con una imagen propia y de notable calidad.
Aquí, en el centro de la Argentina, donde se cruzan todos los vientos, la tierra me da el producto de su siglo de formación. Por eso, tomar la arcilla en mis manos se convierte en un ritual. En ese momento me abstraigo de todo lo que me rodea.
Siento que mi obra es una renovada búsqueda de expresiones de lo que voy experimentando como persona-mujer, pues mi condición femenina esta presente en todos mis trabajos. Soy consciente de esto, después de rememorar mis piezas y las vivencias que las gestaron.