El ministro de Economía, Peirano estima que los acuerdos de precios seguirán en 2008. Siempre ha opinado que esos pactos son necesarios en aquellos sectores en los que los precios internacionales de materias primas (sobre todo, las agrícolas) pueden impulsar los valores locales, en especial de los alimentos, en un contexto de alto crecimiento económico. Pero también considera que en esos casos se debe compensar al productor. La palabra «incentivo» es clave en su pensamiento económico.
El funcionario cree que la inflación está contenida, pero igual aplicará su medicina heterodoxa. Rechaza una suba de las tasas de interés o la restricción monetaria. Defiende la política de superávit fiscal, pero no depende de él que el crecimiento del gasto se modere y pase a ser menor que el de los ingresos. Esa es decisión del presidente Néstor Kirchner, muy influido probablemente por su esposa y candidata a sucederlo tras las elecciones de octubre, Cristina Fernández. Casi ningún analista prevé un cambio en la actitud fiscal hasta noviembre.
Peirano está a favor de acuerdos de precios sectoriales con pautas institucionalizadas y bandas de referencia. Esta formalización de los convenios dista del estilo Moreno, que sigue negociando con cada empresa si le autoriza o no un aumento de precios. El secretario concedió alzas este año, y una muestra de ello es que el índice de precios mayoristas del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) subió en el primer semestre el 7,2% frente al 3,9% de su indicador de inflación. Peirano declaró que este último indicador es «creíble», pero le presta más atención al mayorista.
Virginia Ghiglione
Fundación EGE