La salida de la Ministra Miceli estaba cantada el día anterior a su salida luego de que las encuestas dieran a la esposa del Presidente una intención de votos superior al 50 %. Además era insostenible ante la presión judicial. La salida de la funcionaria genera interrogantes: ¿Qué significa esto para el Gobierno?, ¿Qué pasará con la Economía?, ¿Qué hacer frente al futuro?
1) El Gobierno ha mostrado: a) El Parroquialismo de sus funcionarios caracterizados por torpezas permanentes.
b) Que está permeado por problemas de corrupción y desmanejos de la cosa pública (Caso Skanska, Greco, Indec, Secretaría de Medio Ambiente) eso sin nombrar las denuncias sobre la entrega del petróleo ni los problemas de sobreprecios con la obra pública.
c) Que no hay equipos más allá de la mesa chica del Presidente y su esposa. Si ellos no ven los problemas como la crisis de energía, entonces los problemas no existen.
d) Cada vez que el Presidente pierde insiste en presentar sus resultados como una victoria. En consecuencia vendrá un discurso alabando la propia lucha contra la corrupción pese a que la misma mana de todos los funcionarios primarios de la propia Presidencia
2) Con la economía nada cambiará.
a) Siguen los devaluadores en el poder. Al nuevo Ministro la Unión Industrial le pagaba sus investigaciones. Con su primera conferencia de prensa sobre la instalación de Honda para exportar envía una doble señal sobre el dólar alto que se mantendrá.
b) La Ministra que se fue era una pantalla simbólica. No manejaba precios, no manejaba la política del campo, no manejaba energía. ¿Qué manejaba? Parece que ni sobres con dinero
c) La secretaría de hacienda (la caja) sigue en manos de Posse. Seguirá el superávit fiscal.
d) Un Ministro de Economía no es sólo trayectoria personal académica. También implica tener equipos de alto rendimiento, cartera de contactos con las diferentes fracciones del capital, una red de contactos internacionales, peso propio en la estructura de poder. Aquí más que un Ministro hay nuevamente un empleado del Presidente.
2) ¿Que nos depara el futuro? Dos cosas:
a) por un lado más atril y arengas del Presidente y su esposa, hablando sobre sus bondades y la inutilidad de todo lo que sea su alternativa
b) Un tiempo largo hasta las elecciones donde Argentina necesita discutir su trayectoria de largo plazo. Su agenda de problemas y soluciones propuestas.
El país tiene una oportunidad de hacer valer los méritos de la democracia. Es preciso hacer de todos estos escándalos una oportunidad para despertarnos del letargo, involucrarnos, discutir y pensar que hacer con la Argentina que se viene. Si preferimos en cambio dejar el pensamiento crítico de lado y avalar la licuación de la política, entonces la responsabilidad como sociedad, será sólo nuestra y deberemos asumir nuestro destino incierto. Dada la complejidad del mundo actual y la magnitud de los desafíos en Argentina, no parece un buen proyecto seguir manejando al país como una estancia del interior provincial
Roberto Tafani