El ciudadano Juan Bell plantea en este artículo un deseo: el de cambiar, crecer y volver a creer especialmente en los políticos.
¿Cómo consideraríamos a una persona que siempre debe estar dirigida y controlada? Si bien no es un diagnóstico profesional, se podría decir que es una persona inmadura, infantil e irresponsable. Casi todas las acciones de los ciudadanos están orientadas, reglamentadas, dirigidas o impuestas por leyes, decretos, ordenanzas o resoluciones. Entonces aquellos que desean hacer algo ya sean producir o comercializar, se deben ajustar a esos controles y directivas. Si se violan, hay alguien que los castiga. Pero todos somos «piolas» y decimos, «hecha la ley, hecha la trampa» y esquivamos lo que debemos seguir. Por supuesto que de eso nos envanecemos. Algún día creceremos, seremos responsables y asumiremos las consecuencias. Por ahora solamente buscamos a alguien que tenga la culpa, como los chicos decimos: «Yo no fui». Y pasamos a ser buchones, «fue aquél». Desde hace muchísimos años se estila desprestigiar a otro para tapar lo nuestro. Sería lindo cambiar, crecer y volver a creer, especialmente en los políticos.
Atentamente
Juan R Bell
belljuanroberto@yahoo.com.ar
Río Cuarto