El ciudadano Juan Bell habla de lo que él llama el manual de procedimiento del Concejo Deliberante de Rio Cuarto.
En toda institución hay formas de trabajar y en empresas organizadas y eficientes hay un manual de procedimientos. Es así como el Concejo Deliberante de nuestra ciudad funciona. Hay un reglamento interno o manual donde se establecen ciertas pautas de lo que se debe hacer.
La ciudadanía, el propio gobierno y los representantes presentan ideas, sugerencias y aportan soluciones para los problemas de la ciudad. El proceso es simple.
Por Mesa de Entrada se ingresa una idea que genera un expediente. De allí, si no es descabellada, se remite a una sesión del Concejo donde deciden que por su complejidad, se pase a una Comisión. Lo dijo Perón, no yo, «Si quieren que un proyecto se pierda, hay que crear una comisión» En ese lugar, el proyecto se pone, tal vez, en una licuadora ya que da vueltas y vueltas pero ni siquiera sale jugo. Es posible que se comience con un jueguito: «Tuya, te la devuelvo, no la quiero, ahí va, etc.» Usualmente no se llama a quien presentó la idea para que la amplíe.
Pasado cierto tiempo, posiblemente por falta de… ¿de qué? Y al no ser tratado se aplica el Art. 71 y ahí murió sin pena ni gloria. Ni siquiera se le da una cristiana sepultura. Aparentemente es una falta de… ¿capacidad? Es evidente que nadie puede saber de todo. Ellos son simplemente representantes de los ciudadanos, pero ¿para qué tienen asesores?
¿No estaría bueno que los estudiantes aplicaran el Articulo 71 a las materias difíciles? Total si lo hacen las autoridades, ¿por qué ellos no?
Atentamente
Juan R Bell
Río Cuarto
13/06/06