Prisioneros de las palabras

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Somos prisioneros de nuestras palabras. Alguien, hace mucho tiempo atrás, lo dijo y es cierto. Recorremos los diarios antiguos y nos encontramos con dichos de personas actuales que se desdicen de lo que en su oportunidad han expresado. Es que según el acto y lugar, conviene decir algo que esta bien. En otros lados, lo mismo suena mal a ciertos oídos.

«Lo importante es decir lo que uno piensa» (4 de Marzo de 2005) En su oportunidad fue importantísimo y todos los oídos se quedaron satisfechos y contentos. Es lo que siempre debe haber, libertad de expresión. Pero con el tiempo se puede volver peligroso ya que no son los pensamientos de los demás, sino que uno va torciéndose.
Es ahí cuando las palabras de los demás, comienzan a molestar. «La verdad duele» y muchas veces se trata de silenciarla por la fuerza. Pero lo dijeron hace años. «Las ideas no se matan» Tampoco la fe en algo. Entonces si no se aprende a aceptar las críticas, no hay que decir frases que luego se transforman en boomerang. «En boca cerrada no entran moscas»
El 4 de Marzo de 2005, el actual presidente lo dijo y dos años después, molestan. ¿A quienes molestan? Posiblemente a los que están oyendo verdades y no son de su gusto. El despotismo es feo, pero la vanidad y soberbia son peores.
Escuchen las diferentes voces y no cantos de sirenas. Ahí oirán sus verdades.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Rio Cuarto
29/03/07

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