De acuerdo a los últimos datos del INDEC, los salarios de los empleados públicos mejoró en julio un 2 por ciento, algo menos que los asalariados registrados del sector privado, que llegaron a 2,42 por ciento y mucho mejor que los asalariados no registrados (en negro) que sufrieron un retroceso del 0,12 por ciento.
Sin embargo, cuando se amplía el horizonte de tiempo, el panorama para los empleados públicos no es tan alentador. Precisamente, cuando se observa la performance de los índices de salarios en los primeros siete meses del año, tenemos que en el sector privado crecieron un 12 por ciento los asalariados en blanco y un 11 por ciento los que están en negro. Por su parte, en ese período de tiempo, el índice correspondiente a los empleados públicos creció sólo el 4,9 por ciento, menos de la mitad de lo que no están siquiera registrados.
Incluso cuando se toma la evolución de estos indicadores desde la salida de la Convertibilidad, se manifiesta el mismo comportamiento, pero con una diferencia muy significativa de los asalariados registrados del sector privado con relación al resto. Éstos vieron crecer su índice en un 111,98 por ciento, mientras que los privados no registrados sólo el 45,28 por ciento. Los empleados públicos, al último de la lista con tan sólo el 31,16 por ciento.
De esta manera queda claro la enorme diferencia que se ha gestado en la evolución de las retribuciones de los diferentes sectores. Y de acuerdo a las tendencias es difícil que esta brecha se cierre en el corto o mediano plazo. Y menores son las esperanzas para el caso de los empleados en negro, quienes normalmente son puestos precarios, de baja calificación y de una rotación muy alta.
F. Marco Targhetta
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11-09-06