Las dudas sobre el régimen de blanqueo de empleadas domésticas

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En este artículo, la segunda entrega, de Marco Targhetta miembro asociado a Fundación de Estudios Económicos, Gubernamentales y Empresariales (EGE) plantea algunos puntos que cuestinan el «éxito» de la puesta en marcha del régimen de blanqueo de las empleadas domésticas.

 
La cantidad de registrados en el nuevo régimen blanqueo del trabajo doméstico parece ser una señal de su éxito. Alcanzan la sorpresiva cifra de 40.000 personas en los dos primeros meses del año y hay expectativas de que continúe la registración a buen ritmo. Sin embargo subsisten algunas dudas que encienden algunas luces de alerta a la hora de evaluar a este nuevo régimen. En primer lugar, es bastante costoso el aporte adicional que el trabajador debe realizar para incorporar a la obra social a su familia ($22,22 por miembro). En segundo lugar los inmigrantes tienen dificultades adicionales para estar incluídos en este sistema. En tercer lugar, las empleadas que trabajan menos de 6 horas deben completar el pago para llegar al monto que les permite acceder a una obra social y a una futura jubilación, a través de recursos propios o de aportes de otros empleadores. Esto resulta así porque los aportes dependen de la cantidad de horas trabajadas por semana. Además, no está contemplada la incorporación de los empleados a las ART. En cuarto lugar, este régimen no puede aplicarse a las personas que efectúan tareas de limpieza en estudios profesionales o comercios, ya que en esos casos se aplica la ley de contratos de trabajo. Por último, hay cierto temor (no infundado) por parte del empleador por el hecho de que si ahora registra a una persona, ésta en el futuro puede reclamar en los tribunales por todo el período previo al blanqueo, cuando estaba trabajando en negro.
F. Marco Targhetta
marcotarghetta@yahoo.com.ar
Miembro asociado a Fundación de Estudios Económicos, Gubernamentales y Empresariales (EGE)

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