El ciudadano Juan Bell retoma el tema de la obsecuencia y habla sobre la vanidad de los políticos.
Siempre la vanidad humana. ¿Qué es lo que busca el político? El poder y querer imponer su voluntad por sobre los demás. ¿Saben para qué les sirve? No seamos mal educados. Llegados a esos límites, se rompen estos y se debocan totalmente. Pierden la noción del bien y el mal. Solamente tienen una meta; avasallar a los demás. Buscan ser aclamados y ovacionados por la gente, entonces se hinchan como galleta en el agua. Ya no importa lo qué se hace. Permanentemente rodeado por personas que los adulan y les dicen que lindos son, aunque sus fotos son usadas como cucos. Y todo se asemeja a lo leído en los libros de historia. Las Cortes de los Reyes donde por debajo se tejían los arreglos y el Rey, lleno de vanidad sola se hacía ver. Y esos que lo rodeaban los asociamos a las hormigas que sin notarlo tiran una casa abajo. Todos los secuaces hacen sus negocios llenándose de dineros mal habidos y cuando no alcanza, se suben los impuestos. Entonces cuando el pueblo se cansa y se subleva, el Rey se «raja o lo rajan». Pero los que lo rodeaban se van como ratas que abandonan el barco antes de hundirse. ¿Volveremos a repetir la historia?. No asustemos a los niños con fotos de políticos. Ya bastante nos pasa a nosotros.
Atentamente
Juan R Bell
belljuanroberto@yahoo.com.ar
Río Cuarto
17/05/06