Otro comentario de nuestro blogger invitado Marco Targhetta , miembro de la Fundación EGE, una comparación histórica sobre las importaciones y bienes de capital.
Históricamente los aumentos de las capacidades productivas implicaron un incremento previo de las importaciones de bienes de capital: se traen maquinarias de exterior, se instalan y ajustan, para posteriormente tener una mayor capacidad de producción. En los últimos años la capacidad instalada utilizada fue aumentando considerablemente, hasta significar un verdadero cuello de botella para el sostenimiento del crecimiento económico. De allí que el análisis de la composición de las importaciones de capital tengan un significado más que relevante para las perspectivas de crecimiento de nuestro país. En ese sentido, de acuerdo a los datos del INDEC, solamente el 53 por ciento de las importaciones de bienes de capital corresponden a elementos que realmente se destinan a la producción. Las importaciones de bienes de capital sumaron 7.092 millones de dólares en 2005, 33% por arriba del año anterior. Pero de eliminar los bienes de capital no productivos, las compras sólo habrían alcanzado u$s 3.760 millones. Una de las explicaciones de este fenómeno está relacionada con las definiciones de lo que significa “bienes de capital” que utiliza el INDEC, y a partir de las que se realizan las clasificaciones. Muchos de los bienes de capital son destinados al consumo, como aparatos de video, acondicionadores de aire y hornos de microondas, entre otros. Algunos bienes se ubican en una zona gris, de uso compartido, como los teléfonos celulares y las computadoras.
Más allá de cuestiones relativamente triviales, como las definiciones, el verdadero problema está en la urgente necesidad de mejorar la capacidad productiva, no sólo para sostener el crecimiento sino también para evitar que los incrementos de demanda sean respondidos con aumentos de precios, en lugar de con aumentos de producción.
F. Marco Targhetta
Coord. Gral. Fund. EGE
info@fundacionege.org
09/05/06