Juan Bell como ciudadano jubilado reflexiona sobre lo que debería ser jubilarse.
¡Ah, que placer se siente! A partir de ahora, a disfrutar de la vida. Durante muchos años se ha trabajado. Pero ahora nada de despertador, nada de levantarse con frío o lluvia. Gozar del placer de poder sacarle la lengua al reloj que nos mira desde la mesa de noche. Disfrutar y sentir un íntimo regocijo de un pensamiento de saber que otros están trabajando. Tener como obligación solamente ir a cobrar una vez por mes.
¡Qué lindo es disfrutar del placer de estar jubilado! Nos sentimos llenos de júbilo. Hacer realidad el sueño latino, cobrar y no trabajar. Pero hubo aquellos que tuvieron la suerte de hacer el sueño durante su vida por medio de un empleo público y/o político. Ahora todos los que superen cierta edad, podrán hacer el sueño. Pero…Si lo que se cobra es el mínimo, ¿dónde estamos? Un poco mas abajo de la línea de Plaza Once Miserere. Y entonces el sueño se pincha, estalla ante la realidad. Volver al trabajo, pero por otra miseria de ingreso. Es que aquellos que jamás tendrán necesidad de jubilarse, pagan miserias por un trabajo. ¿Estarán buscando que se termine la vida más rápido? Hay espacio y comida para todos, repartamos mejor.
Atentamente
Juan R Bell
belljuanroberto@yahoo.com.ar
Río Cuarto