La situación fiscal de las provincias es cada vez más alarmante, luego de tres años consecutivos de superávit, ahora tienen dificultades para que las cuentas fiscales cierren.
En 2005, la mayoría de las provincias tuvieron superávit fiscal (aunque menor al observado en 2004), para este año se espera que el ahorro provincial disminuya significativamente debido a los aumentos saláriales a empleados públicos, ejecución de obras de infraestructura, y las erogaciones para el cumplimiento con la Ley de Financiamiento Educativo. Para la Nación el gasto en personal implica cerca del 10 por ciento del gasto primario. Para las provincias insume casi el 50 por ciento.
El superávit primario (diferencia entre gastos e ingresos antes del pago de intereses de la deuda), se redujo de $6.461 millones en 2004 a $4.441 millones en 2005 y caería a apenas 2.618 millones para este año, pero esta caída sería aun mayor si se tiene en cuenta una inflación del 10% y 12% anual.
Si bien los recursos provinciales aumentaron el 22.4% en la primera parte de 2006, no llego a compensar el aumento de las erogaciones impulsado por la presión salarial que representan mas de la mitad de los gastos corriente.
En cuanto al problema de endeudamiento de las provincias este se ve intensificado debido a que alrededor del 70 por ciento del stock de deuda se encuentra indexado por CER (inflación). Si bien se ha acordado un Programa de Asistencia Financiera por un total de préstamos de 3743 millones de pesos, estos atienden exclusivamente los vencimientos de capital de la deuda. El reembolso de los préstamos es a siete años, a partir de enero de 2008, y los servicios por intereses comienzan a abonarse a partir de enero de 2007, con tasa fija de 6 por ciento. Un claro esquema de deuda permanente y en aumento por indexación automática por CER.
Esta dinámica de interdependencia refleja aun más la acentuada dependencia de las provincias con el gobierno nacional debido a sus necesidades de financiamiento.
Lorena Lamia
info@fundacionege.org
25/08/06