Se ha comenzado una nueva lucha, ahora tras el boleto estudiantil. No hay cosa mas loable que obtener el beneficio de un boleto reducido a fin de aliviar la carga a la familia. Pero, ¿quien paga la diferencia? Analicemos.
La compañía de colectivos debe ganar para mantener el servicio. Si pierde, se funde.
Si se rebaja el precio del boleto para favorecer a los estudiantes, usualmente se recarga a los otros usuarios que son los trabajadores y/o jubilados.
Los que no protestan, sufren el aumento del precio del boleto, para compensar la baja del boleto estudiantil.
Todo esto y más, trae el afán de beneficiar a alguien, perjudicando a otro. No hay formula mágica. Si alguien gana, otro pierde. Entonces se debería pensar en buscar una solución diferente.
Estamos acostumbrados a tener todo de arriba, sin esfuerzo o pidiendo lo que nos transforma en un pueblo «manguero». En países del primer mundo, las personas usan algo que se llama bicicleta. Es una maquina que funciona con esfuerzo propio. De viaje por Holanda y Oriente vemos a miles de personas desplazándose en esas maquina y decimos, «que típico y original» Su uso mejora la salud, ahorra dinero y se amortiza rápidamente la inversión. Tal vez si alguna vez se pensase en poner esfuerzo propio y no en dadivas, ayudaríamos al país a salir adelante. Pensemos, aunque nos cueste. Nadie lo hará por nosotros, ¿o si?
Atentamente
Juan R Bell
05/10/06