Finalmente comenzó el traslado del viejo al nuevo Hospital. Mas de 60 pacientes fueron derivados en una larga caravana de ambulancias. El próximo 29 de diciembre será la inauguración oficial.La caravana madrugó con el alba. A las 8 de la mañana una larga fila de ambulancias, revestidas de diversos colores, se adueñaron imponentes de la atención de la gente. Algunos se animaron a aplaudir y otros miraron con entusiasmo aunque en silencio, inmersos en un vacío de palabras que se apropió del asombro.
El primer día fue precisamente eso: una jornada para el asombro. También, claro, hubo espacio para la emoción, la nostalgia y las felicitaciones. Es que todo fue muy prolijo y minuciosamente planificado, desprovisto de las fragilidades organizativas que nos identifican a diario.
Fue un traslado de punta en blanco hacia una hospital que seduce desde la inmensidad de su estructura edilicia hasta las novedosas maquinarias asistenciales. Hoy fue el día D y todo salió perfecto.
Detrás quedaba la fachada gastada del viejo Hospital. En el predio del barrio Las Ferias, envuelto en la arboleda que se despliega entre caminos sinuosos, la tierra secaba las lágrimas de enfermeros y médicos. La nostalgia se adueñó de a ratos, como un soplido del viento de verano, hasta ser deglutida por la flamante mole impactante vestida de azul y bordó.
«Vamos con la esperanza de un hospital nuevo y con nuevas tecnologías y esperamos que sea muy bueno para todos», destacó una de las enfermeras en el lugar.
Otra trabajadora de la salud admitió que desde hace una semana no duerme esperando el momento que finalmente se cumplió hoy. «Estamos amasando la angustia por lo que dejamos, pero nos sentimos bien. El nuevo Hospital tiene mucha tecnología pero las personas son las mismas, y eso es lo que importa».
Cuando las paredes se resquebrajan, los insumos no alcanzan, y el trabajo a pulmón confronta a diario con la mezquindad de presupuestos oficiales, lo humano sustituye a las máquinas. Pero, aún cuando la tecnología supera los límites de los esperable y reluce el brillo de los artefactos de importación, la calidez y la entrega de los trabajadores del hospital siguen en primer plano.
«Sentimos tristeza por abandonar el lugar donde nos formamos como médicos, pero creo que nos vamos a encontrar con mas recursos y con un mejor ámbito de los pacientes», expresó un especialista del Hospital.
Mas de 100 personas, entre médicos, enfermeros, bomberos, policías y agentes de tránsito, protagonizaron un operativo en conjunto para que mas de 20 ambulancias de Río Cuarto y la zona cubrieran los 6 kilómetros que separan al viejo del nuevo Hospital. Mas de 60 pacientes, algunos de ellos niños, se convirtieron en los primeros pacientes del flamante nosocomio.