Masacre en Naschel

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Un policía llegó durante la madrugada a un boliche y empuñando su arma comenzó a disparar tiros a mansalva. Mató a dos personas e hirió a otras 17. La tranquilidad de la pequeña localidad puntana se vio alterada y hasta el momento nadie comprende qué fue lo que motivó su accionar. 

El comportamiento del policía Walter Fabián Talquenca nunca había llamado la atención en Naschel. Aunque no era muy conocido, todos en la localidad lo identificaban como alguien muy correcto. Hasta ayer a la madrugada, cuando volvió a un pub y un boliche en los que había estado un rato antes y le disparó con su pistola 9 milímetros a todo el que se le cruzó. Mató a un comisario y a un camionero y les causó heridas a otras diecisiete personas. Dos de ellas están graves en el Hospital San Luis, de la capital puntana.
El inspector de 43 años, nacido en La Paz, Mendoza, que cumple servicio en el destacamento policial de San José del Morro y se había mudado a Naschel porque su nueva pareja es de allí, mató al comisario Julio Marcelo Barrios, de 49 años, jefe de la Comisaría de Distrito 24ª, de Naschel, y al camionero Fernando Brizuela, de 37 años, de Rojas, provincia de Buenos Aires.
Talquenca estaba ebrio. La pericia que le hicieron en forma compulsiva por orden de la jueza Penal de Concarán, Patricia Besso, indicó que tenía una alcoholemia de 1,67. «Es posible que también haya estado drogado», informó ayer a la mañana el vocero de la fuerza, comisario inspector Carlos Pereyra, aunque aún se esperan los estudios toxicológicos para confirmar la presunción.
Sin embargo, el efecto nocivo del cóctel no es suficiente para entender el comportamiento de un policía que llegó como civil al local bailable y “tenía la mirada fija, tiraba tiros constantemente, no vacilaba, como que no se daba cuenta a qué o a quién le estaba tirando”, según relató a Telediario Martín Estrada, propietario de la disco Natacha.
Talquenca hirió a algunas personas en el rostro, a otras en el abdomen, en el tórax y las piernas. Los investigadores no pueden precisar aún cuántos disparos hizo. El comisario general Papaño dijo que aunque no haya cambiado el cargador, puede haber efectuado hasta diecisiete balazos. Igual, tienen en cuenta que un mismo proyectil puede haber alcanzado a más de una persona.
El ministro de Seguridad de San Luis dijo que dentro de “Natacha”, además de Barrios y Pérez Garro (uno de los heridos), había otro policía trabajando, pero ninguno habría disparado contra el camarada descontrolado.
Ese tercer oficial persiguió a Talquenca, que salió, subió a su auto y fue hacia la Comisaría 24ª. El frente de la dependencia exhibía ayer los orificios abiertos por cinco balazos. Según los investigadores, son los que efectuó el inspector al llegar.
El policía que lo perseguía le dio la voz de alto y le disparó en el tobillo derecho. Recién entonces lograron detenerlo y sacarle el arma.
Pero para entonces, la locura que había desatado en apenas dos o tres minutos ya estaba consumada. Lo único que restaba era saber por qué. Todavía no se sabe.

«No vacilaba»

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Martín Estrada, propietario del boliche donde se produjo la masacre dijo que en el policía entró al lugar sobresaltado, “tenía la mirada fija” y en poco menos de cinco minutos disparó más de 20 balas.  ”El mayor daño es para la gente que perdió la vida y sus familias. Es irreparable”, expresó.
“Todo el mundo se pregunta por qué lo hizo, estoy destrozado”, dijo, y agregó: “El mayor dolor es por la gente que perdió la vida y por sus familias. Es un daño irreparable”.
Estrada dijo que el hecho “fue inesperado” y ocurrió aproximadamente en dos minutos.
“Él estacionó el auto y desde que se bajó empezó a disparar. El primer disparo se lo da a un hombre que venía caminando por la vereda”, explicó.
“Luego reduce a los policías que están en la entrada y a uno de los empleados y ya adentro empezó a tirar tiros a la gente que estaba en la pista y en la barra”, contó Estrada.
El propietario del boliche relató además que cuando se lo encontró de frente al policía, Talquenca le apuntó y en ese momento se cruzó el comisario que finalmente perdió la vida tras recibir el impacto de la bala.
“Tenía la mirada fija, tiraba tiros constantemente, no vacilaba”, explicó y agregó: “Se lo veía sobresaltado, como que no se daba cuenta a qué o a quién le estaba tirando”.

«No salimos de la conmoción»

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Así lo manifestaron los vecinos de la localidad, en diálogo con Telediario. Uno de ellos, el primero en llegar al lugar del hecho esta madrugada relató el dramático momento y lo calificó como “algo anormal para un pueblo”.
“Nos enteramos por las sirenas, sonaban distintos tipos de sirena, había gritos, ambulancias, bomberos”, señaló uno de los vecinos del boliche Natacha, donde en la madrugada del sábado dos personas perdieron la vida y 17 resultaron heridas luego de que un policía propinara disparos a mansalva.
La tranquilidad de la localidad de Naschel, ubicada en el noreste de San Luis, se vio alterada por este hecho, al que los vecinos aún no le encuentran explicación.
“Es algo increíble, anormal para el pueblo, nadie sale de la conmoción por lo sucedido”, señaló el vecino, quien admitió conocer a Walter Talquenca, el oficial de la policía puntana que efectuó los disparos. “Yo trabajaba en un fábrica y él solía trabajar como adicional. Nunca tuvo una conducta violenta”, explicó.
“Nadie lo creía. Cuando llegamos y vimos ese panorama no lo creíamos”, dijo el vecino, y agregó: “No tiene explicación, no sabemos que pudo haber pasado, tampoco si había tomado alcohol o drogas. Es incríble”

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