En un emotivo acto, colocaron las cenizas de Susana Dillon en la escuela Normal

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Estuvieron presentes dos Madres de Plaza de Mayo.

 

En un acto conmovedror, las cenizas de Susana Dillon fueron depositadas debajo de un Jacarandá, en el patio de la escuela Normal.
La nieta de Susana, María Victoria, estuvo acompañada por las madres de Plaza de Mayo, Micaela Bijando y Lía Berti, quienes recordaron con emoción a «la más luchadora de todas».
En el homenaje participaron allegados de Susana, dirigentes sociales y políticos, y representantes de la cultura, quienes recordaron con emoción a la escritora y referente de los Derechos Humanos.
Una de las oradoras fue Vicky Sagarnaga, locutora y amiga de Susana, quien recordó el texto en el que la Madre se describió a si misma: «Crecí bajo la férula machista del “que dirán”, los secretos de familia y la virginidad caiga quien caiga. Como es de suponer, me rebelé a diario. Entonces me metieron en un colegio de monjas y, lejos de acatar tanta mansedumbre impuesta, me desacaté de por vida. Nada pudieron ni las santas reverendas, ni padres severos, ni marido autoritario, ni novios, ni amigovios, ni moros en la costa…  Soy madre de desaparecidos, pero en la lucha me han nacido veinte libros desde ‘Mujeres reveladas’: algunos premiados, otros perseguidos y hasta reeditados. Hubo audaces que los tradujeron y los estudiaron».
También la recordaron compañeras de la escuela Mitre, militantes de Derechos Humanos y el director de la escuela Normal, Ernesto Olmedo.
«Pepi» Dillon hizo un emotivo agradecimiento a Micaela Bijande, «la otra vieja», y a quienes la acompañaron tras la muerte de Susana.
La joven fue quien arrojó las cenizas de su abuela debajo del Jacarandá ante el silencio respetuoso de los presentes. Fue el último adiós para uno de los emblemas inolvidables de la lucha por los Derechos Humanos y la justicia social.

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